martes, 25 de enero de 2011

Eones

En vísperas de mi vigesimoquinto cumpleaños me replanteo (¡una año más!) la expectación de celebrar nuestro avance en el tiempo... y, de hecho, es digno de celebrarse que no hayamos sucumbido ante la fatalidad.

Pero, a pesar de achacarme posibles tópicos, no deja de resultarme cuanto menos curiosa la aleatoriedad de que recordemos nuestra vitalidad una vez al año, como algo esporádico. Aunque no solo queda ahí, celebramos la mayoría de acontecimientos de forma anual, se ve que el concepto de aniversario ha calado muy hondo en nuestra tradición.

A pesar de ello (e intentando no emular demasiado al archiconocido ¡Feliz no-cumpleaños!) me gustaría poder reafirmar la excepcionalidad de mi existencia más de una vez al año, aunque sea de forma puramente personal/reflexiva.

¡La verdad es que siempre me ha gustado recordar que estoy vivo… y alegrarme por ello!

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