martes, 12 de octubre de 2010

Diversión

“Me hace gracia…” ¿Cuántas veces habré usado esa frase en mi vida? Infinidad de veces, y cada vez la uso más. Por ello me han llamado de todo, desde fascista hasta cínico (pasando por despreocupado, inconsciente, intolerante, egoísta y toda una retahíla de bellezas varias). Como argumentos algunos dicen: “Las cosas no son así…”; otros defienden que “hay que implicarse activamente”; incluso unos terceros “apelan a la sensatez, al sentido común” pero yo me pregunto: ¿De dónde sacan su certeza? ¿Acaso no ven ellos también de una forma clara que todo es sumamente falso? Tanto si lo hacen como si no ¿por qué? (Sí, ¿por qué?). Esa pregunta tan antigua y que a tantos escuecen. Esa pregunta que nadie contesta sin reservas y que, a pesar de ello, nadie contempla los actos como irracionales. Todo tiene un porqué al parecer pero nadie quiere/se preocupa/se molesta/se interesa en exponerlo. ¡Ay del que ose decir que no existe ese porqué! Será descalificado (cuanto menos), reprobado, colocado en un sitio preferente de la lista negra de turno. ¡Qué gracia me hace todo eso! (Si me preguntan por qué, quizás todo sea algo irracional, quizás) pero lo importante es que infinidad de cosas cotidianas (y no tanto) me seguirán haciendo gracia, mis motivos tendré la inmensa mayoría de las veces y otras, pues eso, actúo como ser irracional.

En fin, quizás tengan razón, quizás soy un cínico. ¿Por qué? No lo sé.